Historia del Ajedrez

Con más de 1500 años de historia, sus orígenes se datan en el siglo VI en India. Conocido como Chaturanga (el juego del ejército) se extendió por Persia a través de las rutas comerciales y posteriormente a Asia. No sería hasta después de la conquista musulmana de España, aproximadamente durante los siglos VIII y X, cuando el juego dio el salto a Europa.

Durante la Edad Media, España e Italia eran los países donde más se practicaba este juego. El sacerdote español Ruy López de Segura (S.XVI), quien enseñó a Felipe II a jugar y quien fue considerado uno de los primeros grandes ajedrecistas de Europa tras derrotar a los mejores jugadores italianos, fue uno de los primeros analistas en escribir un tratado donde se describen las reglas que aún hoy se utilizan. 

Desde su entrada en Europa, el ajedrez sufrió diferentes evoluciones tanto en su forma como en sus normas. Siendo la más notable de ellas, la introducción de la figura de la reina, lo cual marcó la mayor diferencia entre el ajedrez arábico y el moderno.

Los materiales y sus diseños han ido evolucionando con los tiempos, permitiendo tener versiones de viaje o incluso tableros digitales, aunque los ajedrecistas suelen preferir los de madera por su estabilidad, peso proporcionado, calidez durante el juego y gran calidad.

El rango de maderas usadas para la fabricación de los tableros de ajedrez y sus piezas es muy amplio. Desde maderas económicas como pinos a maderas mucho más exóticas para los tableros de lujo. Para las piezas de tonos más claros se suele usar maderas como el boj, haya, abedul, maple y erable. Mientras que para las piezas más oscuras las tonalidades son más variadas, desde la negrura del ébano o el wengé, pasando por nogales y palisandros, hasta tonalidades más rojizas como el Palo Rojo (Padouk Africano).

FOTO1: Detalle de «Buzurgmihr Masters the Game of Chess», Hoja de un Shahnama (Libro de los Reyes), ca. 1300–30. Abu’l Qasim Firdausi (935-1020). Irán o Irak. Foto de: The Metropolitan Museum of Art, New York